En las bóvedas
del amor divino he bebido de la inmortalidad de la vida.
He buscado
la perfección del sonido de la palabra, que es la luz de la eternidad.Libre sin que nadie me detenga, viviendo todas experiencias que yo misma he necesitado.
Y que me ha transformado en lo que ahora soy.
He amado a
la naturaleza en todas sus transformaciones y belleza.
Las alas de
mi espíritu rozaban todo lo creado.Donde todas las almas en su término viaje se desnudan y se entregan.
Son momentos en el que el reloj que nunca existió, ni tuvo vida, ya no me sirve en este cielo abierto.
Y mi alma se unía con todas las almas, siendo una con todas ellas.
Todo en mí son recuerdos, suspiros, instantes, amor, luz,
vibraciones, revelaciones, sueños, todo
es vida.
Todo son
pinceladas de luces y sombras.Todo sirve para fortalecer el alma y no volver a tropezar más.
Para ir en busca de la grandeza del amor, cuyo premio es Dios mismo.
Donde su amor no tiene límites.
Reconociendo la conciencia universal en todas las formas existentes de la eternidad. Autora: Rosi Cervantes
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